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Soy una cansina… mi principal defecto: que hablo y hablo sin parar, que parece que no escucho, que no dejo meter baza a nadie, que cuando alguien está interesado en contarme sus problemas acabo hablando de los míos o, mucho peor, dando consejos.

En mi defensa diré que sí escucho, que recuerdo las escasas palabras que he dejado expresar a mi interlocutor y que, de hecho, las tengo muy en cuenta.

 

Recuerdo que de pequeña me temían, al parecer parloteaba y parloteaba sin cesar y aunque lo hacía sin darme cuenta mis padres, mis profesores y mis amigos me describían constantemente como una chica muy habladora -no en el buen sentido creo.

A estas alturas sigo sin entender dónde está el problema. ¿Está en lo que dices? Es decir, ¿el problema está en que hablas demasiado o en que lo que dices no interesa?

 

Cuando comencé a concienciarme de mi verborrea empecé a crear mis propias estrategias.

  • Estrategia 1:  En ocasiones sonreía de forma forzada y me aguantaba las ganas de hablar contando hasta los segundos. Estaba tan pendiente de «no hablar» que no escuchaba y si me preguntaban no contestaba. Estrategia 1 fallida.
  • Estrategia 2: Instruirme y tratar de hablar de cosas interesantes y temas de actualidad. Complicado. Tengo memoria de pez así que por mucho que me esforzara en formarme en algún tema interesante luego, al tratar de mantener una conversación sobre él, me quedaba a medias, y como no recordaba los datos precisos -fechas, lugares, personajes… encima de habladora parecía estúpida. Estrategia 2 fallida.
  • Estrategia 3: Pasar de todo y seguir siendo yo misma, tratando de respetar los tiempos y formas de los demás. Estrategia 3, pues no se, según lo que piense cada uno.

 

Hoy en día me he relajado un poco, excepto en determinadas ocasiones hablo bastante menos aunque se me sigue describiendo como una persona comunicativa, que es una forma de decir «bastante habladora» pero de un modo más moderno y respetuoso. En mi trabajo soy consciente de que no siempre es lo más oportuno, igual pierdes algo de eficacia, pero también creas un ambiente de confianza importante porque, queramos o no, los humanos necesitamos comunicarnos para empatizar.

 

Con los amigos trato de moderarme pero no siempre lo consigo. Paso por fases. Algunos días estoy callada como una momia, observando con detalle todo lo que me rodea, tratando de memorizar todos los gestos de aquellos que están conmigo, y otros me pongo que es un no parar, como si soltara por mi boca todo lo que no he comentado en los anteriores.

Lo que está claro es que no soy de términos medios.

 

Y no he contado lo peor…  que si me pones una copa de vino puedo ser el terror… ¡Dale bien al drinking porque igual no sobrevives!

Soy de esas personas que cuando se emborrachan acaban a las tantas de la madrugada arreglando el mundo, diciendo lo mucho que te quiero, dando besos y abrazos, y hablando sobre todo aquello que sin el vino no diría jamás.

 

Una vez me dijo alguien que cuanto más hablas, más te equivocas así que me eché a temblar…

 

Lo que peor llevo…

 

Cuando sin controlarme le he contado mi vida y milagros, mis miedos y mis emociones a X persona. En muchas ocasiones me arrepiento porque luego pienso – y a ella ¿qué le importará? ¿por qué lo hago si a mi ella no me cuenta nada? ¿Cómo utilizará la información que le he dado? ¿La olvidará pronto? Que sea que sí por favor… que sea que sí… ¿Se creará una opinión errónea de mi? ¿Me lo tendrá en cuenta? ¿La utilizará en mi contra como arma de destruccion masiva?

Arggggg….

 

Pienso que hablar tanto no es tan malo, al menos canalizas emociones, pensamientos y normalmente acabas conectando con alguien especial. A otros les aburres pero no a todos.

 

Aun asi he tenido suerte porque me casé con un hombre maravilloso que podría vivir una semana sin mediar palabra, verdaderamente nuestro matrimonio va viento en popa…

Sin embargo me sigue molestando que los demás piensen que hablo mucho, que soy una cotorra con patas.

Yo me defino como una persona intensa y comunicativa que a través del lenguaje -que adoro- establece vínculos afectivos con los que conecta y vibra con otros.

Bueno, en realidad, lo pinte como lo pinte sigo siendo muy habladora,  espero que a estas alturas los que me conocen me quieran igual.

 

 

Pdta. : me he apuntado a un curso de comunicación… temblad… temblad malditos… ja, ja, ja…