¿Qué es la felicidad?
Antiguamente la RAE definía la felicidad como el estado de ánimo que se complace con la posesión de un bien, sin embargo hoy en día la define como un estado de grata satisfacción espiritual y física.
Cuando se le pregunta a alguien si es feliz a menudo te contesta en función de los bienes (materiales o no) que posee.
→ Sí, soy feliz, y motivos no me faltan porque tengo una familia que me quiere, salud, dinero y unos hijos maravillosos.
Si nos fijamos, el verbo tener forma parte de nuestro vocabulario cuando hablamos de felicidad, aunque podamos entender que no se trata sólo de eso, sino más bien de cómo nos sentimos.
→ Nos decimos «el dinero no da la felicidad», y pese a ello dedicamos nuestra vida a conseguirlo, aunque hay personas que poseen una gran fortuna y son infelices. Las cuestionamos por ello.
→ Afirmamos que «el amor es la clave de la felicidad» pero hay quien lo tiene a mares y vive sumido en la tristeza.
Filosofía Griega
Desde el punto de vista de la filosofía griega podemos observar tres posturas diferentes.
El Eudemonismo, cuyo mayor representante, Aristóteles, afirmaba que ser feliz es autorrealizarse, alcanzar las metas propias de un ser humano.
El Cinismo que postulaba que ser feliz es ser autosuficiente.
Y el Hedonismo de Epicuro, que argumentaba que es experimentar placer físico e intelectual evitando el sufrimiento mental y físico.
De alguna manera todas ellas encajan también con la idea que unos u otros tenemos.
Psicología Humanista
Desde el punto de vista de la psicología humanista nos podemos fijar en Abraham Maslow y su pirámide de las Jerarquías de las Necesidades Humanas, de la que ya he hablado en mi post La importancia del trabajo.
Para Maslow la felicidad se encuentra en la autorrealización, el punto más álgido de su pirámide. Una vez satisfechas las necesidades básicas, de seguridad, de amor y pertenencia y de estima o reconocimiento, nos encontramos con la necesidad de sentirnos plenos con nosotros mismos, con quién somos y con cómo somos.
Por eso, desde su punto de vista, el hecho de que algunas personas consideren que ser feliz es tener esto o aquello, pensando en bienes materiales, no es que esté mal. Simplemente se encuentran en un escalón más bajo de la pirámide y para alcanzar tan preciado bien deben ir subiendo poco a poco cada uno de los peldaños.
La ciencia de la felicidad
La búsqueda de la felicidad, el verdadero Santo Grial.
En la Universidad de Harvard el escritor y profesor Tal Ben-Shahar ha estado enseñando en sus clases cómo la ciencia de la felicidad nos aporta herramientas reales que se pueden aplicar en nuestra vida.
Incide en que alcanzar un objetivo, llegar a un punto determinado conlleva a un bienestar temporal, no a una subida permanente en el nivel de felicidad, y lo que realmente nos hace felices son las cosas importantes de la vida, alcanzables para todo ser humano.
Con cosas tan sencillas como cultivar las relaciones humanas, ser agradecidos, permitirnos sentir dolor y emociones negativas, estar presentes, aprender a fracasar o fracasar para aprender e incluso practicar ejercicio de forma habitual, tendremos la llave del éxito.
Y por último, otro de sus consejos: haz tu lista MPS (Meaning, Pleasure and Strengths Proccess) – Significado, Placer y Fortalezas.
Una lista con todo aquello que es significativo para ti y que te importa, otra con las cosas que te gustan y con las que disfrutas y, por último, una más con las cosas que se te dan bien.
Busca las coincidencias ya que ellas serán las que te muestren el camino.
Al fin y al cabo fue Mahatma Gandhi, pacifista, abogado, pensador y político hinduista, quien dijo que la felicidad es cuando lo que piensas, dices y haces está en armonía.
Porque a ser feliz también se aprende.