Como si de las sneakers del momento se tratara, las Altas Capacidades están de moda. No hay más que poner en Google Altas Capacidades y nos salen 36,8 millones de resultados, si escribimos Superdotado obtenemos la nada despreciable cifra de 34 millones y aunque con Expertos en Altas Capacidades la cosa se reduce a 16,7 millones, se puede notar el creciente interés que existe en este colectivo.
Por desgracia es frecuente que en la mayoría de estos resultados se encuentre como respuesta un denominador común: un CI muy alto unido con un cordel rojo a la palabra genio. Concretamente un CI superior a 130 cuyo poseedor puede ser un niño superdotado que con tres años está estudiando ya la carrera de física cuántica o similar… Un constructo limitado pero que pese a serlo deja clara una cosa, que son pocos quienes pertenecen a este colectivo.
¿Y qué tiene que ver esto con la moda de las Altas Capacidades?
Pues que cuando son sólo unos pocos los que tienen algo, y ese algo es considerado (erróneamente) por muchos otros como una especie de super poder que les va a llevar al estrellato, surgen situaciones como la que se dio hace unos meses en El Hormiguero, un programa de máxima audiencia televisiva en el que uno de sus colaboradores ironizaba sobre el hecho de que ahora «todos los padres se creen que sus hijos son superdotados«.
Nada más lejos de la realidad.
La mayoría de los padres piensan que sus hijos son normales y corrientes, que es lo que desean en realidad. No quieren que sean ni «muy esto» ni «muy lo otro», salvo que se trate de futbol. Si detectan problemas en sus hijos buscan siempre cualquier otra explicación salvo que partan de experiencias previas, y de hecho la mayoría no lo deduce por sí mismo. Si bien es cierto que parte de esos problemas pueden ser las malas notas, no tiene por qué, eso depende de la personalidad del alumno y de muchos otros factores.
Es al tratar de disociar las Altas Capacidades con el éxito académico cuando se consigue el efecto contrario, que en algunos casos se justifique el fracaso escolar amparándose en las Altas Capacidades, haciendo eco así a las palabras del colaborador que decía «es que ahora no hay ninguno que suspenda porque es un vago».
Que la moda de las Altas Capacidades esté en el aire no es debido a que muchos padres anhelen en su fuero interno tener un Messi de la inteligencia, como se deja entrever en estos comentarios, lo está porque muchas personas que pertenecen a este colectivo están haciendo grandes esfuerzos por reconocer su condición, porque sus hijos sean identificados y atendidos tal y como se merecen y por desmontar clichés que están profundamente anclados en la sociedad.
Sin embargo la realidad es que últimamente sólo se identifica a este colectivo con una especie de superioridad intelectual (e incluso moral) a la que se le unen una infinidad de problemas de autoestima, perfeccionismo, aislamiento social, hipersensibilidad física y emocional, intensidad y no sé cuántas cosas más; un despropósito causado en parte por este sensacionalismo barato que se está utilizando para llamar la atención.
Cualquier persona que desee informarse sobre el tema tendrá que hacer un gran esfuerzo para separar el grano de la paja porque pocos son los profesionales que se juegan su prestigio y credibilidad para dar la visibilidad y atención adecuada a las Altas Capacidades, pocos son los artículos periodísticos publicados en redes sociales que se alejan de esta imagen sensacionalista y de hecho poca es la claridad con la que se explican las cosas.
Si ni siquiera existe una definición consensuada sobre lo que son las Altas Capacidades…
Que si visión psicométrica jerárquica, psicométrica reduccionista, cognitiva, que si las inteligencias múltiples, los anillos de Renzulli, el modelo de Gadné…
¿Y por qué no se identifica a niños sin problemas? ¿Por qué los adultos que se saben o intuyen diferentes por este motivo y viven tranquilamente sus vidas, pasan treinta y tres de la identificación? ¿Por qué se destaca sólo a los genios que han logrado grandes hitos y no a gente normal que lleva una vida normal?
Obviamente el objetivo de esta difusión es lograr que el resto de la sociedad preste atención a este colectivo y sobre todo, que se pongan los medios suficientes a disposición de los docentes para que puedan atender las necesidades educativas que estos niños precisan, pero se está tratando de captar esta atención destacando sobremanera los problemas que acarrean, sin mencionar que no siempre los tienen.
Se habla más sobre Altas Capacidades, pero no se habla siempre bien. Y que hablen de uno, aunque sea mal, no es lo más conveniente, por mucha fama que se obtenga con ello.