Altas Capacidades

 

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En estas fechas la mayoría de los padres viven entre emocionados y aliviados la vuelta al cole de sus hijos, sin embargo muchos cuyos nin@s tienen Altas Capacidades acusan este momento con gran temor.

 

Aunque en esta vida, como en todo, no debemos generalizar y presuponer que todos, absolutamente todos los niños que tienen Altas Capacidades van a sufrir lo indecible con la vuelta al cole, es cierto que son más numerosos aquellos que temen esta situación que quienes la anhelan.

 

 

El cole… 

 

 

El cole, entendido como lo que ha venido siendo siempre – un lugar en el que puedes aprender (y disfrutar) más o menos en función del profesor que te toque o de los compañeros que tengas – es para muchos niños con Altas Capacidades de todo menos motivo de felicidad.

 

Si juntamos el hecho de que no todos los profesores se sienten implicados en la difícil tarea de atender debidamente a un alumno con estas Necesidades Educativas Especiales, bien sea porque bastante tienen con salvar la clase (opinan unos), por falta de recursos (opinan otros), o por no tener conocimientos suficientes, con la dificultad añadida de que muchos de estos alumnos se relacionan poco o mal con sus compañeros, la partida de cartas parece estar perdida de antemano.

 

 

La opinión…

 

 

Si a todo esto le añades el privilegio de leer opiniones como,

 

«¡¡Otra madre que viene con que su hijo es superdotado!!»

«Ya veras qué pronto empiezan éstos con sus exigencias» 

«¡Si encima se creerá que su hij@ es Einstein!»

 

te vienen como mínimo ganas de matar a alguien. Aunque no lo haces ¡Cláro!, por eso de que la violencia genera violencia y no está bien dar rienda suelta a tus instintos más primarios.

 

Pero (el famoso «pero») como en calidad de progenitor no te puedes permitir el privilegio de trasladar a tu hijos tus preocupaciones, tus miedos por el comienzo de un nuevo curso o tu mala leche por lo que tú consideras simple y llanamente falta de interés e incluso de respeto, tratarás en la medida de lo posible de crear esperanza en su pequeño corazón, infundirle confianza y decirle que sí, que esté tranquilo porque esta vez todo va a salir bien.

 

Intentarás creerte tu propia mentira y rezarás para que la experiencia, al menos, le haga más fuerte.

 

Te escudarás en que a tí te fue mucho peor y no has salido tan mal, recordando tiempos en los cuales tu profesor no admitía réplica, usaba la regla como método de castigo, tus padres no sabían ni de qué iba la película y la vuelta al cole no era un tema tan mediático.

 

Y sentirás algo de pena porque en el fondo sabes que sí, que sí has salido mal parado de la experiencia, y que a día de hoy todavía luchas con tus demonios del mismo modo que tu hij@ acabará luchando con los suyos.

 

 

La esperanza… 

 

 

Aún así la esperanza es lo último que se pierde y cierto es que hay casos de niños que van contentos, disfrutan, aprenden y se divierten en el colegio. Dicho sea de paso – cosecha propia – porque sus profesores y sus compañeros seguramente les comprenden, les atienden y les respetan.

 

Aunque éste no sea tu caso.

 

Así que si tú, madre, padre, profesor o alumno, sin conocer de qué va la cosa tienes la tentación de  hacer algún comentario inapropiado u ofensivo sobre las Altas Capacidades, hazte un favor y concédete al menos el beneficio de la duda.

 

Fórmate, aprende y luego si eso, pues ya juzgas.

 

Aunque esto último no es ni Imprescindible ni necesario.