Cuando empiezas a trabajar en tí mismo, en tu crecimiento personal y en la consecución de tus objetivos, en ocasiones subes tres peldaños y luego bajas dos. Subes tres, bajas dos y en realidad afianzas uno. Algunos a esto lo llaman Procesos, Procesos de Cambio Personal.
Cambiar es sumamente complicado
Primero tienes que enfrentarte a tí mismo, a tus defectos y a tus virtudes. A éstas últimas también que si no te puede entrar la angustia y no hay que perder el norte.
Según como seamos las personas – pacientes o impacientes, centradas o dispersas- organizaremos nuestro cambio personal de uno u otro modo.
Las pacientes y centradas avanzarán a pasos lentos y seguros, siempre hacia adelante, ya que suelen pensar con calma cada uno de sus movimientos. Analizan posibles estrategias, miden sus fuerzas y avanzan cuando están preparadas.
Las impacientes y dispersas sin embargo, necesitan más tiempo porque sus procesos son más intensos y más locos. Empiezan a andar el camino y al poco tiempo ya creen ver el final – final que por cierto, no existe. Y quieren alcanzarlo lo antes posible, por esto de la impaciencia. A causa de su dispersión se obsesionan con la infinidad de cosas que tienen que hacer para cambiar y acaban volviéndose locas. Andan tropezándose por las esquinas, perdiendo el equilibrio y cayendo. Se enfadan y se frustran por ello. Luego se centran, cogen fuerzas, se levantan y continúan avanzando con nueva seguridad.
Y ¿Por qué pasar por esto? ¿Por qué pasar por un Proceso de Cambio Personal? ¿Por qué cambiar?
¿Porque necesitamos salir de nuestra zona de confort?
A menudo nos gritan a los cuatro vientos – ¡Sal de tu zona de confort!- pero igual no se trata de eso.
Seamos francos, si buscas la felicidad y la has encontrado, si tienes todo cuanto anhelas en tu vida, estás seguramente en tu zona de confort. ¿Qué mal hay en permanecer en ella?
¡Ninguno!
Otra cosa es que confundas la desidia y la apatía por esa zona VIP. Que permitas que la pereza te consuma y aceptes tu destino sin intentar cambiarlo a sabiendas de que no es lo que quieres. O peor aún, que tengas miedo. ¡Ojo! El miedo es el enemigo número uno del cambio, y como te gane la batalla estás perdido.
Si en tu interior sientes que algo no encaja, o que tu vida es genial pero quieres más, o incluso que no eres quien quieres ser, afróntalo y cambia. Que no te tiemble la mano. No te dejes abatir por la pereza y el miedo. Independientemente de que lo logres, nada más que por intentarlo ya habrás avanzado mucho.
¡Así que volvamos al Proceso!
Para iniciar un Proceso de Cambio Personal, según los psicólogos James O. Prochaska y Carlo DiClemente, desarrolladores del Modelo Transteórico de Cambios de Comportamiento, hay que superar estas cinco etapas.
1ª.- Etapa de Pre-contemplación
2ª.- Etapa de Contemplación
3ª.- Etapa de Preparación
4ª.- Etapa de Actuación
5ª.- Etapa de Mantenimiento
Cabe decir que este modelo está pensado para cambiar hábitos o comportamientos bastante nocivos pero es aplicable a cualquier mejora personal que uno quiera afrontar.
Volviendo a esas etapas.
1ª.- La Etapa de Pre-contemplación.
En esta etapa ni siquiera se es consciente de que se tiene que cambiar. Quizás asumamos el hecho de que “somos así” o de que “la vida es así” y no fijemos nuestra atención en aquello que probablemente nos haría sentir mejor.
Pongamos el ejemplo de una persona que no está satisfecha con su actual empleo. De vez en cuando sueña con cambiar de trabajo, pero en realidad asume que la vida es así, que la mayoría vamos a trabajar por obligación y que debe aguantar para hacer frente a los pagos. Amparándose en las excusas lo deja estar.
2ª.- La Etapa de Contemplación
En esta etapa se da un paso hacia adelante porque aparece la consciencia, la certeza de que se debe cambiar. Sin embargo también se rechaza este cambio. Es una situación ambivalente.
En el ejemplo anterior sería el momento en el que nuestro amigo asume que debe cambiar de empleo, y es consciente de que su vida mejorará si lo hace pero a la vez tiene miedo, quizás a no lograrlo o incluso, a quedarse sin nada.
Lo positivo es que lo sabe y es consciente de ello. Lo negativo es que en cierto modo se hace auto sabotaje porque tiene miedo y evita enfrentarse a ello.
3ª.- La etapa de Preparación
En esta etapa estamos en la línea de salida. Somos conscientes de que vamos a por ello, y estamos ahí. Vemos el objetivo y vamos a prepararnos para conseguirlo.
Siguiendo con el mismo ejemplo sería el momento en el que el sr. X toma por fín la decisión de hacer algo. Analiza sus alternativas, estudia sus posibilidades y se prepara.
4ª.- La etapa de Actuación
Claramente es la etapa en la que uno se mueve, en la que se dan los pasos necesarios para lograr lo que nos hemos propuesto.
Nuestro personaje empezará a buscar nuevas oportunidades de empleo, a realizar contactos personales, a mejorar su perfil, analizar sus talentos y sus virtudes, su currículum… vaya, todo lo que se deba hacer para cambiar a un proyecto profesional mejor. Creerá en sí mismo.
5ª.- La Etapa de Mantenimiento
Es la etapa más dura, donde uno se debe esforzar por no recaer, por mantener su esfuerzo, su ánimo y su fortaleza.
No es el momento en el que nuestro sujeto consigue un mejor empleo, ése es el objetivo pero no una etapa. Es el momento en el que una vez ha dado los pasos necesarios para hacerlo debe enfrentarse constantemente a sí mismo para conseguirlo. No debe dejar de creer ya que si lo hace volverá a la etapa de Contemplación.
Dicho todo esto, ¿te has propuesto pasar por un Proceso de Cambio Personal?
¿Quizás deseas dejar de fumar? ¿Perder peso? ¿Mejorar tu empleo? ¿Aprender idiomas? ¿Escribir un libro? ¿Correr una maratón?
O simplemente ¿Ser mejor como persona?
Si es así te vendrá bien conocer estas etapas para identificar en cuál de ellas te encuentras y no flaquear en tu propósito.
Recuerda, el miedo es el gran enemigo. No te dejes vencer por él.
Y si quieres cambiar ¡Empieza AHORA!
Me parece genial, muy bien explicado. Gracias