¡Odio las respuestas cortas!
Me explico:
Te pones a mantener una conversación con alguien ya sea en persona, por email, WhatsApp o incluso SMS y yo, que soy de explicarlo todo, de argumento fácil y con tendencia a contar las cosas con multitud de detalles (por mucho que mi amado marido me insiste en que no lo haga porque «a nadie le importa») voy y recibo un simple Sí, No o un OK por respuesta.
¡Es que me pongo a cien! Y no en el buen sentido.
Típico ejemplo de WhatsApp:
–Toca comida. ¿Quién se anima? Cocina rica rica, con fundamento, ¡de nivel 10 por lo menos!
– Yo no puedo.
Bien, la respuesta no es tan corta vale. Pero es que cuando escribes la pregunta y recibes esa respuesta esperas que te digan por lo menos por qué no puedes.
Y no, no es mera curiosidad o cotilleo de portería, es que tú das detalles de que te lo has currado y te responden con un simple «no puedo». Pero ¿Por qué no puedes? ¿Te ha pasado algo? ¿Hay algo más importante que disfrutar de mi maravillosa comida? ¿Has quedado? ¿Con quién? ¿Qué otros planes tienes?
No preguntas porque te tienes que hacer el desinteresado así que respondes -O.k.- y sí, te comen los demonios.
Otro ejemplo. Conversación habitual con mi marido:
– ¿Cómo ha ido el día?
– Bien
– ¿El trabajo?
– Como siempre
– ¿Todo bien?
– Si
¡¡¡Argggg!!!
Se te quitan las ganas de contarle cómo te ha ido a ti. Tú, que querías comentarle que te ha ido bien en el trabajo, que has comido menestra con bacalao, que has tenido visita con tu endocrino, que luego has entrenado como una jabata con el TRX, Core, Hit y toda su familia, que te sientes genial porque venías escuchando a Pablo Alboran y te has dado cuenta agradecida de que él es el hombre de tu vida (tu marido, no Pablo, aunque también tiene su punto, no lo vamos a negar), que, que, que…
Pero respondes gruñona:
– «O.K»
Y bien, quizás me pase, quizás no deba dar tantas explicaciones cuando digo algo.
– Hoy no podemos quedar, nos vamos a una excursión a Tierra Rapaz con un grupo de amigos. Nos quedaremos a comer e imagino que volveremos tarde. Ya os contare.
Mi marido de nuevo:
– Con «hoy no vamos» es más que suficiente, ¿no te parece? ¡No entiendo por qué tienes que dar tantas explicaciones, nadie lo hace!
Y yo me pregunto si tiene razón, pero también pienso que el mundo es mejor así, con explicaciones, con cierto toque de cariño y por qué no, con la confianza suficiente como para explayarte contándole tu vida a tus amigos.